09 enero 2011

Qué pena... tan jóven...


Todos los días hago el mismo recorrido para ir hacia el tren que me llevará a Oviedo. Todos los días, voy sola, enfilando esa recta que a la vuelta, parece no tener fin. Cuanto más temprano, más sóla voy. Aparentemente.

Cuando enfilo la recta, me gusta complicarme la vida. Lo digo porque siempre cruzo hacia la otra acera, por allí no suele ir la gente, es una acera demasiado estrecha. Bordeada por las vallas del tren y del otro lado, los coches aparcados. Si a eso le añadimos las farolas que sembraron cada X metros, pues el resultado es que sólo la utilizo yo. Es Mi acera, la conozco palmo a palmo y domino su recorrido con la elegancia que me proporciona el más absoluto conocimiento de cada baldosa. Me contorsiono suavemente ante el bordeo de cada farola, nada de bajar el escalón, eso tiene muy poca ciencia. Sé esquivar con los ojos cerrados los brazos de las pequeñas zarzas que desean arañar mis pantalones e invadir la carretera.

Aparentemente voy sola.

Cuando empecé a relacionarme con la recta y su acera, me di cuenta de que escondido tras la valla, había algo que me observaba fijamente y con precaución. Incluso lo sentía corretear una vez que yo había pasado.

Al poco tiempo, me di cuenta de que no iba tan sola por la recta. Empecé a toparme con caracoles madrugadores y somnolientos. Ellos hacen que camine con la gracia de un ninja, voy scaneando el perímetro con velocidad porque si piso uno, me da un jamacuco y sería capaz de ponerme a llorar a moco tendido por el sufrimiento. Cuando regreso, mis caracolillos ya no están, han traspasado la valla y roncan plácidamente escondidos entre la vegetación. Ahora las que me acompañan son las mariposas. Pequeñas mariposas amarillas que van jaleándome para que llegue al final de la recta sin morir en el intento. Pero las que me dan más trabajo, son mis lagartijillas, porque con el calor del medio día, se vuelven irresponsables y descaradas. Las muy bobas llegan a bajar el bordillo de la acera y ya se sabe que las lagartijas desconocen lo que es la valentía. Bueno, en realidad son tan histéricas, que desconocen cualquier sentimiento, sólo distinguen la emoción: " uy!!... que calorcito... me pondré un poquito más adelante??... o no??... o si??... o no??... o si??".

Ydistinguen el miedo panicoso:..." Arrea!!!... un humanooo!!... no lo ví llegar!!... qué haré??... pa' dónde tiro??".

Y claro, a mi no me queda más remedio que ir caminando con exquisita suavidad, sin brusquedades, ahora voy en la modalidad de ninja-bailarina-de-ballet. Porque y si por mi culpa una de mis lagartijas sale corriendo hacia la carretera en lugar de correr hacia la maleza???... y si me la estrapalla un coche delante de mis narices??... me moriría de la impresión.

Por lo tanto: la poca gente con la que pueda cruzarme, a primeras horas de la mañana, ve a una chica elegantíiiiiisima, que camina como si el mundo le perteneciera. Pero a los cinco metros, la misma chica, va haciendo estrambóticas eses... qué pena!!!... tan jóven!!

El resto de la gente que me ve a medio día, vuelve a ver a la misma y elegantíiiiiiisima chica caminando con soltura y dinamismo, tan es así, que las mariposillas silvestres la saludan a su paso. Pero a los diez metros, esa misma chica va ralentizando su paso hasta hacerlo casi en cámara lenta y manteniendo extrañas y solitarias conversaciones, acelera y aminora, acelera y aminora, acelera y aminora... dos abuelas me observan desde la acera de enfrente y murmuran entre ellas.

Me paro, las miro y desde mi acera les grito: Ya sé, ya sé.... qué pena!!!!... tan jóven!!!]


De: "Te traigo muerta" [http://tetraigomuerta.blogspot.com]

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1 Opiniones:

la reina del mambo dijo...

Me ha gustado mi paso por aquí.
Gracias por visitar mi blog.
Saludos