22 enero 2011

Mío... Mi tesoro...


Me agarré a él como si fuese lo único que me quedase en la vida. Lo abracé con todas mis fuerzas protegiéndolo contra mi pecho. Tuvo que notar mi calor y mis nervios envolviéndolo y traspasándome la piel.

Miré alrededor vigilante, no podían dañarlo, no podían quitármelo, llevaba meses esperándolo. Por fin estaba allí entre mis brazos, era como ningún otro podría ser y tendría todo mi cariño.

Enfilé mis pasos hacia el final del camino, tuve que luchar con una o dos desalmadas que pretendían que lo mío era suyo, entre codazos y patadas varias logré deshacerme de ellas.

Por fin, la salida, casi estábamos a salvo. En apenas unos minutos sería mío del todo, para mí para siempre. Por una vez la paciencia daba su fruto, tantas horas de frío en espera, tantos meses encontrándomelo camino del trabajo, tanta lucha sin cuartel contra todas aquellas lagartas que trataban de arrebatármelo.

Sí, por fin era mío.

Lo deposité con mimo y cuidado en el mostrador, y saqué la Visa. Era increíble, maravilloso, hermoso, perfecto, no había bolso más in y más bonito en el mundo y menos a ese precio.

¡¡ Qué bien invertidas mis cinco horas esperando en la cola del Porte Senegalés!!!


De: "Revoloteando" [http://revoloteandoando.blogspot.com]

.

4 Opiniones:

candela dijo...

para siempre es complicado!

Haru dijo...

jajaja muy bueno! Me gusta este blog, es una forma fácil de encontrar relatos que me identifiquen. Te sigo!

Espero que te pases alguna vez por el nuestro, creo que vale la pena (: Besos!

Blogboreta dijo...

¡¡ Gracias!!!

No sabía de este blog, ni de que "yo" anduviese por aquí, muchas gracias.

Haru dijo...

Hola de nuevo! Vengo a avisarte que premiamos tu blog en el nuestro. Te lo merecés por juntar todos los relatos buenos en un solo blog, gracias! Besos!