27 junio 2011

Éramos

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Parecía modernista.
(Él), más bien era ritualista.
(Yo) no le pude soportar por mi aire nerviosista.
De esta manera todo fue mal.
Descubrimos en verdad que éramos separatistas.
Y cada uno se comió una perdiz en su bella burbujita, en compañía de una ruin soledad en parafernalia acracista.



De: "La escribiente mariposa" [http://laescribientemariposa.blogspot.com]

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19 junio 2011

Life As Circus

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Reflexionando en estos días caí en cuenta de que mi vida amorosa ha sido una vida de circo: primero salí con el payaso, el que siempre "está feliz", el que se tiene que reír de cualquier situación y hacer reir al resto, no importa si es a costa de él mismo después de intoxicarse con alcohol. Con el payaso se pasa bueno, para qué, pero que sea siempre el hazmerreír es finalmente triste y penoso.

El Hombre-Más-Fuerte-Del-Mundo sí es el más fuerte y es muy llamativo por el cuerpazo que se gasta, tiene mucha energía, pero toda ella está dirigida a su meta: seguir siéndolo. Y cuando digo toda, es toda. En cierta forma es admirable por ello, tiene un objetivo claro, pero si uno está con él no puede esperar mucho, porque siempre estará en un segundo lugar.

Luego salí con el enano; uno cree que por su condición es una persona especial, pero no, resulta que es demasiado común y corriente, aburrido; finalmente su única virtud es esa. Y talvez esa misma condición lo convierte o lo ayuda a ser solapado y escurridizo (y lo que dicen de los enanos... mentira total).

Después llegó el hombre bala, súper dinámico y arriesgado, el hombre que se le mide a todo; por eso le hace honor a su profesión, llega volando a todo lado a donde se dispare... es muuuy interesante, ha estado en muchas partes, pero llegado el caso ya sabemos como sale: volando. Y eso es una lástima total, porque se le nota el conocimiento por encima, pero entre tantos disparos simplemente no hay tiempo.

¿Y en qué lugar quedo yo, quién sería? ¿La contorsionista? Porque yo misma me meto en unos enredos que ni yo me creo (además de que tengo muy buena flexibilidad). ¿O seré la funámbula, porque camino en la cuerda floja y a veces sin malla debajo?

No me quiero quejar, yo elegí a cada uno de estos personajes; como hubo algo malo también hubo algo bueno. En cualquier caso ya es hora de que se acabe la función.

De: "La urbi y el orbe"  [http://laurbiyelorbe.blogspot.com/

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10 junio 2011

Lo que Disney nunca nos contó de sus princesas...

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Las historias de Disney, las de príncipes azules valerosos y luchadores y princesitas de cabellos dorados dulces como la miel... siempre terminaban con un final feliz.
Lo que nadie nos contó es lo que pasaba al bajar el telón y que saliera el "FIN".

Nada más despertar a la mañana siguiente, cuando la princesa y el príncipe se levantaran, la realidad podía haber cambiado enseguida, porque al fin y al cabo... ya no estábamos viéndoles y no tenían por qué fingir...

Que se lo digan a Blancanieves... Que se pasó todo el cuento encargándose de arreglar la casa de los 7 enanitos, de tenerlo todo listo y preparado para cuando ellos volvieran del trabajo. Que vaya esclava que era la pobre, todo siempre arreglado, precioso y perfecto y ella siempre con una sonrisa en la cara... con tal de que todos estuvieran contentos. Cuando encontró al príncipe que ella pensó que la sacaría de allí y decidió marcharse con él, quizá pensó que las cosas iban a ser diferentes con un príncipe... pero la historia se siguió repitiendo, y Blancanieves se pasó la vida arreglando la casa del otro, criando churumbeles en lugar de enanos, amargada de no poder salir, mientras su maridito, que no quería dejar de ser el príncipe de su casa, tenía tooodas las comodidades al alcance de su mano. ¡Pobre Blancanieves! Dejar de ser esclava de 7 enanos para pasar a serlo de un comodón!


¿Y la Cenicienta? Nunca nos contaron qué pasó cuando ella y el príncipe se casaron, después de que consiguiera calzarse con todo el sufrimiento del mundo ese maldito zapato de cristal (que incómodo tiene que ser un rato) y hacer como que andaba perfectamente sobre su taconazo, todo con tal de ser la elegida... En cuanto se quitó los malditos zapatos, se puso una ropa cómoda, e intentó ser ella misma, el príncipe comenzó a buscar otras princesitas con las que irse de fiesta, porque... reconozcámoslo, al chico lo que le gustaba no era ella, sino su apariencia de perfección... ¡Pobre Cenicienta! Acabó alcoholizada yéndose de bares donde nunca más encontró ningún príncipe...



¿Qué pasó con La Bella?. La maravillosa Bella sí que era guapa. Era la más preciosa de todos los cuentos.

Qué más daba si él era una bestia inmunda... Los cuentos nos enseñan que por muy bestia que uno sea, siempre habrá una chica maravillosa y perfecta que lo deje todo por estar con él. Qué más da cómo fuera, pensara o se comportara ella... lo único importante de ella era su belleza.

Así, la pobre Bella fue viendo cómo todo el mundo la valoraba sólo por su aspecto... y por nada más. Pero el tiempo iba pasando, los años iban cambiando su aspecto y Bella iba envejeciendo... Tan presionada como estaba de tener que ser siempre "la más bella", y creyendo que eso era lo único que importaba, tuvo que entrar en quirófano una y otra y otra y oooootra vez... Todo con tal de que los demás la siguieran aceptando. ¡Pobre Bella! ¡Nunca se pudo dar cuenta de que lo más bonito de ella no estaba por fuera!

Siempre nos dijeron "que fueron felices y comieron perdices". Pero jamás nos contaron esta "continuación" de los cuentos...

Aceptémoslo. Ninguna de nosotras somos princesas. No podemos ser perfectas, maravillosas y eternamente bellas. No podemos ser siempre dulces, hacerlo todo por los demás y creer que vivimos en un cuento. No podemos quedarnos a esperar que ningún príncipe maravilloso nos salve.

Tampoco existen los príncipes. Podemos pasarnos la vida intentando encontrar al príncipe azul perfecto que nos colme de felicidad... que todo lo que vayamos besando por el camino serán simples ranas. Porque la perfección no existe.

Porque los príncipes y las princesas son "de cuento", ¡de mentira!, no de realidad.

Así que tú ¿qué prefieres buscar? ¿Un príncipe de mentira o un chico real?
¿Nos quedamos con el final que "nos venden", o intentamos que nuestros cuentos sean diferentes a estos?






De: "Mi novio me controla, lo normal 2.0"  [http://minoviomecontrola.blogspot.com]

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