12 enero 2015

Mi primer casamiento en los 2000 y pico...

0 Opiniones



Cuando uno se casa…
como que algo pasa,
todo el mundo da por sentado
que estas ya retirado.
Y tal vez el desafío
es lo que da escalofrío,
porque de golpe todos se animan
a decir lo que querían.
... Todos se animan a hablar
pero ni hablar de avanzar.

Y acá adentro se produce
una guerra que conduce
a gritarle a mi marido,
querer dejarlo dormido
escapar en puntas de pies
a probar el tentempiés...

Pero los valientes sicarios
que me hacen morder los labios
de golpe no son valientes,
ni románticos, ni calientes,
de golpe el señor es un santo,
y estas cosas les dan espanto!

Y yo vuelvo con mi marido,
 Feliz de estar en el nido
porque si bien me gusta jugar,
más me gusta poder amar.

De lo que se dice no creas nada!
Portarme bien es una pavada!
Incluso yo que hablo mucho,
mucho más de lo que escucho,
y es bastante lo que lucho
para no descontrolar mucho:
Los hombres hablan en vano
y se conforman con su mano.

A mí la situación
me viene de maravilla
si soy solo una costilla
del hombre que amo y aprecio
y que aunque es bastante necio
controlador y obsesivo,
es por el por quien vivo
y no esta en mis planes cagarlo,
ni mucho menos dejarlo!
sólo quiero divertirme,
jugar un poquito e irme.

Entonces, ¿por qué me pasa
que no puedo dar de baja
a personas que, claramente,
ya están fuera de mi mente?.
Quedo como una obsesiva,
o soy bastante ofensiva,
o hasta me vuelvo pervertida
cuando emprende la retirada,
no puedo entender porque es
pero lo hago todo al revés:
si quiere que hable me callo,
si me calla quiero gritar,
y no sabe como parar
a semejante loquita,
que parecía taaaan buenita…

...Voy a empezar a medirme
o limitarme a reírme,
o simplemente rendirme
y dejarlo huir tranquilo,
pensando que fue muy vivo,
y que quedé enamorada,
total no me importa nada...

Ya estoy totalmente quemada.


De: "Los poemas de Gabriela" [http://lospoemasdegabriela.blogspot.com/] 


 [Imagen añadida, no en el original]

11 enero 2015

Dos por uno

0 Opiniones

Ramona se compró dos vestidos, casi iguales. Cortitos, de tela estampada, con encaje en el escote. Uno un poco era un poquito más feo.
Siempre usaba el que le gustaba menos, el otro era para una ocasión especial.
Lo usó para ir a cumpleaños y fiestas, después a reuniones con amigos, cuando ya estaba gastado, lo usaba hasta para ir al supermercado.
El que le gustaba más, se lo puso sólo una vez, fue a cenar con un señor, no la pasó ni bien ni mal.

El día especial, por supuesto, la agarró en ojotas y con remerita de modal.

Tamara

De: "Historias para leer en el subte" [http://relatosenelsubte.blogspot.com] 

.