04 octubre 2011

Anónima


Se pasaba el día colocada, ocultando con humo y baños de alcohol cualquier relámpago que se atreviera a cruzar su mente. El pelo enmarañado, grasiento que empezaba a aglutinarse en pequeños mechones, mostraba las semanas que llevaba sin usar una gota de agua limpia. Su cara totalmente desfigurada, los ojos secos, el tabique roto y la boca podrida, se alimentaba de miradas con odio, de arcadas y cambios de acera.

Una camiseta tres tallas más grande cubría su pecho caído, sus brazos delgados y su torso lleno de costras, los pantalones tenían pinta de ser parte de un uniforme de gasolinera y calzaba unas zapatillas de andar por casa amarradas con una cuerda de embalaje que iba erosionando la poca piel seca que le quedaba en los tobillos.

Ni familia, ni amigos, ni conocidos, otra persona sin nombre, viviendo en un callejón el cual nadie nombra y siendo apaleada, violada y repudiada por gente con demasiados nombres.


De "Matisse-Morte" [http://matisse-morte.blogspot.com]

.

2 Opiniones:

volboretinha dijo...

Hola, muy buena la labor que haces si, una idea estupenda. y este post, pues me ha dejado echa polvo, te remueve hasta las entrañas. bicos

Una dijo...

Joder.