26 marzo 2011

Tissues

En la mesa de detrás tuya había una pareja. El chico decía algo en susurros y la chica asentía en silencio. Él le cogió la mano a ella y se la besó mientras ella miraba impasible por la ventana. Entonces, se levantó y se marchó tras dejar unos cuantos billetes sobre la mesa.
Ella se quedó bebiendo a sorbitos el café que estaría ya frío. Se encendió un cigarro y empezó a romper en trozos muy pequeños la servilleta de papel, pensando en lo que acababa de pasar.

Y mientras yo la observaba y tú seguías hablando, yo anhelé eso.
El tener un corazón roto al que acudir cuando todo lo demás va aburridamente bien.


De: "Cómo matar a una virgen en 10 cómodos pasos" [http://chiquitayvenenosa.blogspot.com]

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